y la apliqué con gran libertad
y simplemente no sabía al final lo que estaba haciendo,
y de pronto sonó un click,
y se convirtió exactamente en algo parecido
a la imagen que yo intentaba reflejar.
Pero no por voluntad consiente,
no tenia nada que ver con la pintura de ilustración.
-Francis Bacon
I
G. el galerista que había aceptado mostrar mi trabajo, me había pedido un retrato. El retrato debía ser un tanto a la manera expresionista... logrado con la expresión del trazo... libre... no un estudio. Y sabia que para conseguirlo tendría que hacerlo rápido, casi sin pensar, casi de forma automática... de catarsis... y no podría estar desperdiciando liensos.
Una vez en galería, en la parte posterior bajo el tapanco y con luz artificial, G. tomo asiento frente a mi e inicie mi labor con varios dibujos con plumilla y tinta china, para despabilarme. Una vez que sentí eran los suficientes me dispuse a hacer el retrato en óleo sobre tela sin dibujo previo, con un medio que a parte de darle mayor espesor a la pintura, también le daba rapidez al secado. Con la experiencia en mis autorretratos sabia que todo estaba en observar y ejecutar el trazo de manera espontanea, sabia que estaba perdido si empezaba a dudar y hacer demasiadas correcciones porque el color acabaría sucio pero sobre todo me seria imposible corregir sobre una masa de pintura. Así que lo miraba fijamente, escudriñando cada detalle, tratando de captar la totalidad del rostro... para que fuera capaz de expresarlo con pocos trazos... un solo trazo. Pero la forma en lo que miraba lo incomodo al tal grado que en un momento expreso: "¡¿qué pasa!?", me sorprendió la pregunta... el sabia que le hacia un retrato.
Jach. Apunte (Yuridia) 2007, boligrafo/papel, 14x10.7 cm. |
II
Habiendo pasado por la situación anterior, llegue a pedir permiso para dibujar. Era algo así como: "No te molestes si te miro... es que te hago un dibujo." actualmente ya no lo hago... ya que "Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación" dicta un proverbio árabe.
III
Me invitaron a una clase de un diplomado en gestión cultural, al terminar la sesión y platicando con los asistentes alguien me comenta que me había visto dibujar y que mal que no lo había dibujado, agrego que era fotógrafo, que había olvidado su cámara y que al ver como dibujaba se daba cuenta que era mejor que tomar una foto. Y estoy de acuerdo, a veces me ha dado la impresión que sacar una cámara fotográfica en un sitio publico (metro, tianguis...) es como sacar un arma, he notado molestia, las personas bajan la cara, se voltean, me han hecho señales obscenas y reclamos, pedido que guarde el equipo... mejor un apunte, así el tiempo transcurre más rápido.
Jach. Apuntes, 2013. lápiz sobre papel, 13x16 cm |
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